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| Vuelvan atrás. Hemos jodido todo. Fuente: Pinterest. | 
Por Gundhramn Hammer
Escrito el 8 de junio de 2013
Publicado el 11 de agosto de 2018
En
 esta ocasión, traemos un episodio de "Historias de la Cripta", el 
llamado "El Hombre que era la Muerte". Es la historia de un hombre 
justiciero que va por allí finiquitando a todos los malandrines. Eliminando a la 
"mierda" como él lo dice.
La
 muerte es un tema tabú en la sociedad Occidental y sin embargo la 
celebra, la busca, la acaricia, la utiliza, la bebe, la come... Todo el 
sistema huele a muerte, apesta a mierda. 
Pero
 como la muerte nos asusta, nos espanta, todo lo tétrico, ese lado 
oscuro que todos los humanos llevamos superficial o profundamente, 
pues aún los santos pecan, lo vamos tapando por allí con pieles 
arrancadas a indefensos animales de las granjas diabólicas, coches 
brillantes enchapados de oro y plata, mansiones con céspedes naturales inmaculados glifosateados o artificiales tóxicos, jardines donde no se permiten ni palomas domésticas ni 
estorninos, poemas salivosos y ridículos que celebran el amor que la 
mayoría de veces ni siquiera no nos sabemos dar uno al otro y una larga 
cadena de idioteces e hipocresías que sólo el hombre, ese homínido 
estúpido que tiene la Tierra patas arriba, sabe inventar para divertirse
 y jugar con la misma muerte al fin y al cabo. 
La
 vida ya de por sí es dura pero nosotros, a pesar de que en cierta 
manera hemos hecho la nuestra más llevadera con la tecnología, al menos 
para aquellos que hemos nacido al otro lado de esas fronteras invisibles 
de casta y nación, la hemos endurecido más. 
A
 veces peleamos por loables motivos para defendernos de las injusticias de los malvados poderosos, la mayoría de veces engañados por los mismos, pero al final el resultado casi siempre viene a ser el mismo a la hora de sentarnos a comer. La 
muerte nos mira de nuevo en la cara. 
Estamos
 atrapados. Y de esta trampa sólo hay una manera para escaparse. ¿Cuál 
es? Pues sí, la misma muerte, la desintegración final. Todos estamos en 
la sala de espera.
Aunque
 dicen algunos físicos teóricos cuánticos que la información acumulada por 
la materia nunca se pierde, al menos en el llamado "event horizon" de un
 agujero negro en el espacio. Una especie de vida después de la muerte.
Sin
 duda, una pirueta matemática de los físicos para hacerse con la ilusión
 de que después de la muerte nuestros recuerdos no perecen. Esto es 
consolador, en un universo que hace y deshace la materia a su antojo. 
A no ser que ocurra una cosa: ¿somos presas de unos demiurgos que se divierten viéndonos reír, sufrir y morir?
Los
 cementerios nos rodean pero no nos damos cuenta, las pesadillas nos 
acosan pero las ponemos de lado con otras pesadillas, el ruido que nos 
ensordece lo buscamos para consolarnos y la vida se nos escapa de las 
manos...
Y
 mientras eso sucede, ¿dónde está tú? ¿Qué has hecho con tu vida? ¿Haz satanizado tu mente? ¿Te la
 has pasado pajeándote la mente? ¿O al menos has dado algo de tí a los 
demás? Pero si lo has hecho, ¿fue un acto de verdadero amor o una táctica 
económica para tu propio beneficio?
En esto tenemos muchísimo que aprender 
de los animales no humanos. Ellos todos van tirando cada uno por su lado
 pero el resultado final es que sus trocitos de actuar de cada una de 
las especies sobre el planeta le añade al todo, sujeta la Biosfera.
Nosotros
 hacemos todo lo contrario (véase Lovegrove, 2007). Actuamos egoístamente pero el resultado en 
lugar de sumarle al todo sucede lo contrario, nuestras acciones en 
conjunto destruyen la capa de vida sobre la Tierra. Nuestro actuar le 
resta en lugar de sumarle. Somos destructores de la Biosfera. Somos 
Biosferoclásticos. Nuestra vida y muerte le resta vida a la Tierra.
En cambio, los demás seres con los que compartimos el planeta, esos a los que perseguimos, capturamos, encerramos, torturamos y matamos, su vida y muerte sí le añade al todo.
No somos nada, los humanos. Pero pretendemos ser la cúspide de una ilusión que hemos creado en nuestros propios cerebros. 
En realidad, somos la mierda sobre el planeta. Eso es lo que somos: la mierda, por algo llevamos el nombre de "humanos", una palabra que procede del PIE/PIA (protoindoeuropean/protoindoario) dghem que quiere decir eso precisamente, "mierda, estiércol, sin alma, sin espíritu". Los protoindoarios eran muy inventivos, obviamente. Tenían las patas bien clavadas en el suelo.
Pero dejemos la filosofía de lado y volvamos a lo que nos ocupa: la muerte. No como en la película. Es sólo un guión, una actuación en la pantalla.
Aunque
 en cierta manera, en la vida real, lo que cada uno de nosotros hacemos 
implica de una u otra forma una muerte. Sólo basta pensar que ese 
teléfono móvil que llevamos en el bolsillo es en realidad la muerte. Es la sangre,
 el ocaso de aquellos que nacieron donde los metales necesarios para 
fabricar estos aparatos se encuentran. 
Son aparatos que utilizamos para estrategias económicas, para citas sexuales, para ahuyentar las pesadillas de la soledad, para masturbarnos la mente mientras esperamos el autobús de la muerte.
Son aparatos que utilizamos para estrategias económicas, para citas sexuales, para ahuyentar las pesadillas de la soledad, para masturbarnos la mente mientras esperamos el autobús de la muerte.
Y
 todos vamos rumbo a ella. Así es que mejor es que nos hagamos una idea 
de lo que nos espera, de manera sutil, suave o violenta, todo depende de
 lo que el destino tenga reservado para cada uno de nosotros. 
Será
 el final de todos nuestros sueños, saltos, hazañas y malabares para que otros nos mirasen y
 admirasen en esta locura que llamamos vida, esa que necesita de la 
muerte para tener vida, pues tal como los demiurgos montaron este 
planeta, la una no puede vivir sin la otra. Incluso los árboles tienen 
que desintegrar moléculas y transmutar átomos para vivir. 
Y
 a lo mejor es todo una ilusión, una película para la diversión en una 
pantalla gigante de los que una vez fueron llamados "dioses" carroñeros y que se 
encuentran justo al lado de nosotros en otra dimensión. 
Mientras tanto, la película a continuación (Videos 1-2) ha sido inventada para la diversión de los vivos y los que ya están más muertos que vivos antes de llegar a esa meta. El tema no es para todos aunque de una u otra manera nos concierne a todos.
ESPAÑOL
Video 1. Historia de la cripta: el hombre que era la muerte. Uploaded by DavSeries28.
ENGLISH
ENGLISH
Video 2. Tales from the crypt: The man who was death. Uploaded by SnapDragon.
¿Sí? ¿No?
¿Aún
 estás allí? ¿Sigues allí? 
Bien. ¿Qué estás haciendo? No que nos importe directamente, pero indirectamente, especialmente si tienes hijos, sí importa.
Bien. ¿Qué estás haciendo? No que nos importe directamente, pero indirectamente, especialmente si tienes hijos, sí importa.
Será
 mejor que mires bien lo que haces. Tus opciones a la hora de comprar o 
comer podrían sumarle al todo. ¿Estás dispuesto para ello? ¿Has 
descubierto cómo se hace? 
Si
 aún no lo sabes y tienes hijos y andas diciendo por allí que los 
quieres, será mejor que lo que hagas, sea una cosa para el todo, con la 
mirada puesta en el todo, de lo contrario tus hijos no tendrán futuro, 
un futuro biosférico, el único que vale la pena al final. 
Y
 en cuanto a esto, estamos en pañales. Tenemos las lecciones al lado 
pero las ignoramos. Los gritos de la desaparición de las ranas a escala 
global, por ejemplo, los dejamos de lado. Algo que estamos haciendo anda muy mal y continuamos como si nada, en nuestra estúpida miopía ecológica y egoísmo económico ridículo.
Tan miopes que a
 muchas madres con hijos, por ejemplo, el canto de los gorriones les molesta y las 
palomas en el jardín les vuelven locas. Y las cagadas de los estorninos 
en los sofisticados coches estacionados en la cale al lado del parque molestan 
a mucha gente enamorada de las máquinas sin ponerse a pensar de que la mierda de los humanos toda va a parar a 
los ríos, lagos y océanos. 
Por
 lo tanto, no vayas por allí diciendo "te amo" cuando ni siquiera puedes
 dar un poco de lo que llamas "amor" a la que te ha dado el pan de cada 
día. Tu sudor no es tuyo, es de ella, la Naturaleza. Perteneces a ella. Y
 será mejor que cuides de ella, especialmente si vas a cada rato 
diciendo "te amo". Usa el "te amo" no como estrategia para frotarte tus genitales sino para que tus hijos tengan de verdad un futuro biosférico.
Por eso te preguntamos: ¿Has escuchado el canto del que podría ser el último pájaro en tu vecindario?
Por eso te preguntamos: ¿Has escuchado el canto del que podría ser el último pájaro en tu vecindario?
¿Sí? ¿No?
De seguro que no le das importancia. Pero en cierta manera, el
 futuro de tus hijos cuelga del futuro de un simple animalito. En este mundo, todo está
 conectado, sólo que nos hemos desconectado de la vida persiguiendo la 
muerte pensando que le damos vida a nuestras vidas y nos hemos llenado 
de muerte. 
Ten
 calma que ya llegaremos a ella pero antes será mejor que nuestro actuar
 sea en beneficio del todo para todos y de todos en el todo.
Si ha llegado hasta aquí, resta decirte. ¡Vamos! ¡Qué estás esperando para actuar por el todo?
Haz que lo que hagas por pequeño que parezca, que sea algo realmente para el bien del todos (humanos y no humanos) en el planeta. No seas mezquino. Todos vamos en la misma nave. O "navegamos juntos, o nos hundimos todos".
Haz que lo que hagas por pequeño que parezca, que sea algo realmente para el bien del todos (humanos y no humanos) en el planeta. No seas mezquino. Todos vamos en la misma nave. O "navegamos juntos, o nos hundimos todos".
Referencias
Lovegrove R. (2007). Silent Fields: The Long Decline of a Nation´s Wildlife. Oxford University Press, Oxford, UK. 404 pp.
 
